sábado, 21 de junio de 2014

LOS PLATOS ROTOS DEL SISTEMA ELÉCTRICO DOMINICANO

Los platos rotos del sector eléctrico los paga el Estado, en un negocio que lucra recargadamente a los generadores privados, y en el que los consumidores mantienen una relación de amor y odio con las distribuidoras.

Actualmente, las distribuidoras Edenorte, Edesur y Edeeste, alcanzan una matrícula de dos millones de clientes, entre residenciales, comerciales e industriales.

Aproximadamente la mitad de estos clientes no paga la energía que consume, por lo que la gestión de suplir y cobrar la energía constituye un mal negocio para el Estado Dominicano.  También, una buena parte de la energía que suplen las generadoras se pierde en el tráfico por el mal estado de las redes.

Todo es un círculo vicioso, los consumidores eléctricos se quejan por los recortes, porque afectan la producción económica y la actividad doméstica.

Los apagones ayudan a que los delincuentes puedan operar con mayor éxito.  Los apagones son motivo de protestas sociales, que en la práctica ponen en confrontación violenta a activistas comunitarios y policías.

Al 2014, la República Dominicana genera un servicio eléctrico de altísimo costo para la industria y los servicios, lo que resta competitividad al país.  Los distintos gobiernos han intentado de todas todas, como la privatización que se inició en 1997, posteriormente, en 2001 el Acuerdo de Madrid (que deberá revisarse en 2016), la contratación reciente de dos plantas a carbón (que estarían listas para el 2015), entre otras medidas.

NEGOCIO LUCRATIVO
Para las generadoras eléctricas beneficiadas con contratos por el Estado Dominicano, vender electricidad es un gran negocio. Cogentrix, por ejemplo, tiene un contrato que obliga al Estado a pagar 4.8 millones de dólares al mes por un servicio que hace años que no cumple.

Las empresas Egehaina, Egeitabo, San Felipe, Cespm, PVDC y GPLV tienen contratados el 70 por ciento de la energía que se sirve al mercado criollo.  Producen energía a través de fuel oil,  gas natural, carbón, agua y viento.

A estas empresas, el Estado le destina un segmento importante del Presupuesto, además de préstamos ocasionales para cancelar atrasos, para salvar a la sociedad de los apagones financieros que estas generan cuando no se les paga a tiempo.

LAS DISTRIBUIDORAS
La de mayor participación en el mercado es Edenorte, con un 38 por ciento de la matrícula de clientes.  Edesur concentra el 33 por ciento, y edeeste el resto.

La dirección de estas empresas, ha sido confiada a técnicos extranjeros que no han dado la talla.  Actualmente el control está en gerentes dominicanos.  Todo da igual, gestión deficiente, mal negocio para el Estado, acoso a los clientes morosos, y como quiera, el sector va mal.


La nueva apuesta del Estado es a la instalación de dos plantas a carbón, que reducirán significativamente el coste de producción eléctrica, por un lado, y esperar a que la revisión del acuerdo de Madrid nos quite la maldición de los contratos leoninos que laceran al Estado, a la sociedad y a los sectores productivos.

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