jueves, 12 de junio de 2014

¿INTENTERÁ DANILO MEDINA SALTAR EL CERCO CONSTITUCIONAL?

REPÚBLICA DOMINICANA.- La Carta Magna de la República Dominicana, cuyo origen data del 6 de noviembre de 1844, y a lo largo de la historia ha sufrido modificaciones, unas acomodaticias al interés de los gobernantes y de sectores del poder fáctico, otras ajustadas a una visión de desarrollo y transformación social.

Una vez más, es la Constitución el muro que se opone a la continuidad de los gobernantes, que como Leonel, Hipólito, Món Cáceres, Trujillo y otros, la ajustaron a su estrategia de posicionamiento en el poder.

La constante de los primeros dos años de estabilidad política, de confianza de la sociedad en su gobernante, constituye la  cortina de niebla que irrumpe el camino de Danilo Medina, que en términos de valoraciones, está bien parado ante el pueblo.

Similar a Hipólito (2000-2002), Leonel (96-98), Antonio Guzmán (78-80), Jorge Blanco (82-84), todos estuvieron bien parados, todos bien valorados en sus primeros dos años, el hoy gobernante Danilo Medina tiene en su portafolio ese amplio apoyo de la sociedad nacional.

¿Pero qué pasará cuando llegue agosto? ¿Probará Danilo la miel de la reelección que ya intentaron otros? ¿Intentará el sanjuanero saltar el cerco?

Como todo un estadista, el presidente Medina tiene su propia isla de reflexión, tiene sus asesores, tiene sus números, tiene su propia ambición.

El cuadro de irse en el 16 para volver en el 20, resulta desesperante para quienes son sus colaboradores cercanos.  Las diferencias planteadas con Leonel y su grupo, hacen visible las dificultades que vendrán tras la entrega del poder.

Pero saltar el muro constitucional es también una aventura peligrosa, toda vez que divide el sentimiento de los peledeístas, y por el “precio” que representa el auspicio de una reforma a la Ley Sustantiva.

DESPUES DE LA CURVA
Cuando Hipólito Mejía dobló la curva de sus primeros dos años en el poder, conoció el laberinto del poder.  Lo mismo que Jorge Blanco, cuando vio al pueblo alzado en las calles, ofrendando sangre y vidas, hasta desencadenar en el regreso impensado del doctor Joaquín Balaguer.
Al presidente Guzmán le fue puesta en la mesa la aventura reeleccionista, y al término de su gobierno quedó evidenciado que bajar el solio hasta caer en el flanco de ataques, es nada promisorio para un príncipe.

El caudillo altagraciano Amable Aristy, lo graficó claramente ante Leonel Fernández, cuando dijo que el jefe de Estado debía atarse bien los pantalones.

EL FUTURO DE MEDINA
Haber cumplido la promesa de destinar el 4% del Producto Interno Bruto a la cartera de Educación, es el verdadero milagro que enarbola la gestión de Danilo Medina.   
Tener a funcionarios y personal del Estado en la constante zozobra del cerco de Cámara de Cuentas se le atribuye como un punto a favor, aunque, al mismo tiempo, incomoda a quienes ven en el Estado como la alcancía del enriquecimiento.
El presidente que ha saltado charcos, cruzado alambradas, se ha montada en la barca en El Cachón de la Rubia y le ha dado abrazo y ganado la bendición del Papa Francisco, tiene ahora en sus manos el futuro de la organización plantada por Juan Bosch.

El PLD que gobernará hasta el 44, según Leonel, se ve en la aventura de atizar una reforma constitucional para revalidar a Danilo Medina más allá del 16 de agosto de 2016, o por el contrario, podríamos ver a un estadista que se pliega ante las fuerzas del destino, dejando pasar al zorro por casa, permitiendo que vuelva Leonel, sabiendo que de algo lo acusarán, que de algún hoyo fiscal o de alguna corrupción le pintará el cuadro tras su salida del poder.


La disyuntiva de casi todos los gobernantes dominicanos, seguir o dejar pasar, son las cartas que tiene ahora Danilo Medina en su mesa.  O una traumática reforma a la Constitución o permitir que todos corran en la lucha por la nominación presidencial peledeísta. 

Tony RodríguezAnalista político

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